El otro
Se habla mucho del “otro”
Pero yo jamás oí al otro hablar del otro
Oí a personas hablar del otro, eso sí
Pero nunca al otro en sí mismo hablar del otro
¿Y quién es este famoso otro del que tanto y con mucha pasión hablan?
“Yo odio al otro, amo al otro, desprecio al otro, siento pena por el otro”
Yo mismo he oído a aquellos que tienen nombres decirse “yo me siento otro”
¿Alguien podría decirme dónde está este famoso otro?
Pues jamás he tenido el placer o disgusto de conocerlo
He conocido sí, a muchos con nombres, y aún así
Por lo menos los nombres se comparten
Es más, muchas veces los he visto mutuamente acusarse de ser el otro
Y esto no es defensa del otro, como dicen algunos que “hay que respetar al otro”
Ni tampoco un ataque, como dicen algunos que “hay que deshacerse del otro”
Pues encuentro curioso que tantas sentencias se hagan sobre tal palabra
De la que nadie se hace cargo, pero que aún así todos sufren la carga
Lo peor de todo, es que podés convencer
A la gente de que vean en personas al otro
Las podés convencer de poner a esa gente en un barco y celebrarles que rompan la ley
O en una fosa común con un disparo en la nuca, con el único mérito de haber sido el otro
¿Caben las personas en las palabras?
¿Vos cabés en una palabra?
Es gracioso este mundo globalizado
Cada vez todo está más conectado
Pero cada vez hay menos personas
Lo más triste es lo mencionado allá arriba
Pero lo más absurdo es ver tanta gente
Avergonzada de ser sí misma y no ser el otro
El progreso es un gran exilio, desde nosotros mismos
Hacia el camino en la búsqueda del otro
Que por supuesto no existe
¿Cuándo se irá a detener esto?
Cuando El Hombre Nuevo
Le saque máscara a quien convenciera a la gente
Que es mejor ser el otro que uno mismo
Y les diera la orden de tal dirección
Eso, si es que antes no llegamos a destino
Que para entonces será demasiado tarde